Creo que hace tiempo que dejé de creer en las tendencias. O al menos en ellas tal y como nos las meten por los ojos. ¿Obligación (social)? Desde luego dudo que alguien prefiera atarse a eso antes que a la libertad (estilística en este caso). Pero hay quien fuerza, como en todo, y quizás sin plenitud de consciencia y en un puro acto de autoconvicción, deja a un lado el estilo personal al que curiosamente aspira y del que cuestionablemente presume. Y digo yo que para qué regirse por 'lo que se lleva' y lo que no; para qué comer de menú pudiendo ver la carta completa, y luego ya, exteriorizando gusto y personalidad, decidir.
-